Una Ellie que no tiene los ojos verdes, que su cicatriz está en la otra ceja, que no tiene la misma masa muscular, que es más bajita (o más alta, quién sabe).
Un Joel que no tiene la espalda tan ancha, o la voz tan grave, o que no peina tantas canas, o que es un poco más imberbe de lo que esperábamos.
No podemos pretender que exista un actor talentoso que sea clavado a ese muñeco en 3D que se desarrolló en un estudio de videojuego, pero siempre existe la opción de acercarse un poco más a ese modelo, ¿no?
Siempre hay un actor que se parece más.
Tal vez Nikolaj Caster-Waldau (Jaime Lannister en Juego de Tronos) se parece más a Joel que Pedro Pascal, tal vez Kaitlyn Dever (la protagonista de Creedme) se parece más a Ellie que Bella Ramsay, tal vez podemos viajar al pasado y hacer que Nathan Fillion interprete a Nathan Drake en la película de Uncharted en vez de ese jovencísimo Tom Holland.
Pero, tal vez, el equipo de desarrollo de la serie de The Last of Us haya pensado en todo esto (bueno, tal vez lo de viajar al pasado no), o incluso en otros actores que nosotros ni siquiera conocemos y que “dan más el pego”. Pero esto es lo que tenemos, y no es poco.
Tenemos que aprender a conformarnos con actores increíblemente talentosos en la cresta de su carrera.
Desconocemos cómo fue el casting, la disponibilidad y las exigencias de otros actores y, lo que considero más importante y en lo que me voy a detener a analizar, desconocemos cómo va a ser la serie.
Series y videojuegos, medios con demasiadas diferencias.
La literatura, el cine y las series, los videojuegos; todos son artes que beben las unas de las otras; todas son artes que han adaptado obras de otros géneros, que no copiado, adaptado.
La manera en la que se desarrolla la narrativa en un libro, en una serie, o en un videojuego no puede ser igual. Esto lleva consigo unos cambios inherentes en diálogos, escenas y personalidades de los personajes. Y no es algo negativo que se desarrollen estos cambios.
¿Cómo se adapta el aspecto jugable a una serie?
Analicemos una escena de acción del videojuego que tanto amamos: Joel y Ellie llegan a una zona vigilada por los militares. Estás en el inicio del juego y no dispones de la experiencia suficiente. Como jugador te encuentras en un escenario diseñado meticulosamente para que pase lo que va a pasar. Tus movimientos son toscos y tus habilidades para el combate todavía no son las mejores. Te ves rodeado y no quieres moverte en exceso. Pero Ellie no está programada así. Se mueve continuamente esperando el momento en el que tú te decidas a hacer algo. Y te pone nervioso.
Es cuando entiendes a Joel cuando decía que no quería “hacer de niñero”. Pero pasas por las diferentes escenas del juego y tu experiencia es mayor. Sabes cómo se mueven los enemigos en sus patrullas, cómo reaccionan los diferentes tipos de infectados. Y atacas antes, y atacas mejor, y esa Ellie nerviosa por actuar se convierte en un valioso aliado que lanza botellas (o ladrillos) a los enemigos, que te da recursos o que dispara cuando necesitas que lo haga.
Y ya has forjado un vínculo con ella. Con el tiempo entiendes el gameplay mejor y, por ende, entiendes a esa Inteligencia Artificial que te acompaña.
¿Y cómo se adapta esto a una serie? ¿Hacemos que Bella en los primeros compases del rodaje corra por el escenario cuando Pedro esté escondido? Estos momentos afectan a la narrativa de la obra y no se puede trasladar a un medio completamente distinto, aunque su título sea el mismo.
No se tienen que parecer.
¿O cómo adaptamos la interpretación de Troy Baker o Ashley Johnson en esas cinemáticas tan potentes? Los actores de la serie tienen que ser ellos mismos, no pueden imitar la actuación de otro. Los personajes de Joel y Ellie en el videojuego tienen una parte del alma del actor. Y los personajes de Joel y Ellie en la serie tienen que tener una parte del alma de estos nuevos actores, porque si no estamos limitando a los actores, porque si no no estamos dejando a los artistas hacer su trabajo.
“No puedo esperar a ver la actuación de Pedro Pascal. Va a traer una nueva sensibilidad sobre Joel. Voy a conocer de nuevo a Joel por primera vez“
Troy Baker.
(Si quieres oir en profundidad las declaraciones de Troy Baker sobre la elección de Pedro Pascal)
La serie no nos puede trasladar ese sentimiento de desesperación que el videojuego nos da cuando, tras diez minutos explorando una localización no hemos encontrado nada más que un par de balas o un trozo de trapo. El videojuego no se podía alargar en los momentos jugables pausados, las conversaciones tenían que ser cortas, directas, e incluso opcionales.
Llamamiento a la calma.
Como fans, considero que tenemos que dejar de pensar en que sabemos cómo va a ser la serie que está desarrollando HBO. Podemos tener indicios sobre cuál va a ser el destino de Tess, o la opinión que tiene Joel sobre los Luciérnagas.
Pero las diferencias entre estos dos medios son tan grandes que no podemos creer que sabemos todo. La serie no se va a parecer al videojuego.
Desde las diferencias que va a haber solo porque estamos viendo actuaciones desarrolladas por personas diferentes a los cambios de personalidad que pueden sufrir los personajes por la adaptación del juego a otro medio.
No nos hacemos ningún favor presuponiendo que la serie va a ser exactamente igual que el videojuego. Entiendo que fruto del hype nos encontramos en un momento en el que sobreanalizamos todo y nos decepcionamos al ver que la mochila de Ellie no es igual o que Joel debería tener más bello facial.
Pero me asusta ver la decepción ante estos ligeros cambios que nada aportan a la obra cuando se nos aproximan cambios mucho más significativos, y no es malo, la serie de The Last of Us ni puede, ni debe, ser igual que el videojuego.
Muy de acuerdo con este artículo, es simplemente íntegro, interesante, inteligente etc.
Lo que yo mismo decía en múltiples ocasiones, sin más que añadir muy d3 acuerdo. Muy bien Elvis