Niel Druckmann, a la hora de desarrollar la historia de The Last of Us, se inspiró en tres grandes películas. A saber: Children of Men, No es País para Viejos y La Carretera. Curioso que, estas dos últimas, se traten de adaptaciones cinematográficas de dos novelas de Cormac McCarthy, convirtiendo a este en el creador espiritual de The Last of Us. Un novelista que ha sentado cátreda en la literatura y que, a los 89 años de edad, falleció el pasado 13 de junio.
Cormac destacó siempre por su capacidad para desarrollar la parte más oscura de la naturaleza humana. Con unas descripciones breves y poéticas de un entorno desolador, el escritor estadounidense supo plasmar ese lado convulso, esa violencia y egoísmo que parece tener el ser humano siempre en su haber. Pero a la vez, supo plasmar un lado redentor, pues sus obras reflejaban una fe profunda en los valores del humanismo.
Solamente con este párrafo creo que se ve mucho de The Last of Us en Cormac McCarthy. El autor, muy de la vieja escuela, destacaba en lo personal por ser extremadamente reservado, amante de su intimidad, alejado de las modas y las tendencias. Y si bien su obra se extiende mucho más allá de No es País para Viejos y La Carretera, por atenernos a lo que nos atañe, será las obras en las que nos centraremos unos instantes.
Cómo influyó la obra de Cormac McCarthy en The Last of Us
Las tres películas que se mencionaron al inicio de este texto fueron moldeadas para construir la obra que todos conocemos y que pone nombre a esta web. Por no dejar posibles dudas, decir que Children of Men aportó el desencadenante de la trama, un grupo revolucionario que encuentra una solución a la gran epidemia que asola el mundo. Pero toca hablar de esas otras dos partes de influencia. No es País para Viejos aporta la manera en la que los protagonistas se relacionan con el mundo. La Carretera aporta el peso narrativo, lo que de verdad se quiere contar con The Last of Us, el viaje que tanto nos impresionó.
La Carretera
Me resulta impensable pensar que un personaje tan complejo y bien diseñado como Joel hubiese podido existir sin el novelista. Un varón entrado en edad en un mundo donde los recursos escasean y que no permite al superviviente a estarse quieto y que tiene a su cargo de una figura débil como la de un niño. Tiene que enseñar a superar cada día y los peligros que tiene ese mundo. Una figura con la que no quiere ser tan duro, tan huraño, pero las circunstancias no dan tregua. Esto define perfectamente al protagonista de La Carretera y al viaje de Joel con Ellie.
No es País para Viejos
Una escena tensa, violenta, que se ha resuelto en apenas décimas de segundo y que, sin embargo, ha dejado tal daño y potencia que ha cambiado la vida de los protagonistas por completo. Un hombre serio y con una paz y determinación en la mirada que sorprende y asusta; asusta mucho. Tiene enfrente suya a un hombre que se interpone en su objetivo. Necesita saber lo que él sabe, una vez obtenga ese conocimiento, ese hombre solo puede traer problemas. Violencia desmedida infligida hacia ese hombre. El protagonista ha conseguido lo que quería, su camino ahora está despejado y puede seguir avanzando. Esto define perfectamente a la manera en la que Anton Chigurh, el asesino a sueldo de No es País para Viejos, se relaciona con el mundo; y vemos matices de esto en Joel.
Esa escena de la tortura de Joel, en la que consigue encadenar a dos personas del poblado de David. Cómo juega con la mente de esos dos personajes para obtener la información; y cómo resuelve a través del asesinato a sangre fría de estos dos individuos. Sin posibilidad alguna de diálogo, sin darle valor a la vida ajena, con frialdad y, a la vez, elocuencia dentro de la locura. Para acabar con Joel yendo a por su hija adoptada, para seguir avanzando, para seguir intentando librarse de ese cataclismo que todo lo está engullendo. No puedo no ver cómo Joel nace de juntar estas dos obras.
Un legado de leyenda
Estadísticamente es más probable que la gente haya visto las adaptaciones cinematográficas de estas dos novelas antes que leer las propias novelas en si. Y es normal, es literatura dura y amarga y posee un estilo muy característico (como esa consecución interminable de oraciones conectadas a través de un y en vez de una coma). Unas novelas muy minimalistas y profundas y deprimentes. Pero unas obras que enseñan una manera única de enfrentarse a la oscuridad. Unas obras que merece la pena que sean leídas y recordadas. Y así lo serán.
No todos son capaces de crear obras que influyan de una manera tan grande a la literatura, el cine, las series y los videojuegos como lo hizo Cormac con las dos obras que se han mencionado.
Que la tierra te sea leve, Cormac, creador espiritual de The Last of Us.