Este texto es un artículo análisis/de opinión del primer episodio de la segunda temporada de la serie de The Last of Us. Sobra decir que hay spoilers sobre todo lo ocurrido en este capítulo.
Primeros instantes y vemos a Kaitlyn Dever en escena. Serán su única escena hablada en este capítulo, pero le basta con esto para demostrar que es la mejor actriz del reparto (con la salvedad de Pedro Pascal, tal vez). No es algo fácil de expresar, es como ver a Meryl Streep en una de sus películas o series. Ves algo diferencial, una nueva categoría.

Junto con el personaje de Kaitlyn, Abby, vemos a parte de sus amigos de guerrilla. Mel, Nora, un silencioso Manny y un tímido Owen quedan ensombrecidos por Abby. Empezamos de una manera radicalmente diferente al videojuego. En Parte II tardamos en saber quién es realmente esa chica fornida con coleta. En la serie nos desvelan desde un principio cuál su cometido y por qué. El grupo discute hacia dónde ir. Seattle es lo consensuado.
Es difícil a partir de este momento no hacer un análisis del capítulo en base al juego, porque esta tónica, la de desvelar las cosas mucho antes es algo recurrente.
Volvemos a Jackson
Tras los jóvenes luciérnagas desamparados, conocemos a otra nueva incorporación al elenco. Dina, interpretada por Isabela Merced, aparece hablando con Joel. Isabela demuestra que es otro fichaje extraordinario. Vemos que el trabajo por la comunidad en Jackson es importante, que Joel se ha consagrado dentro de dicha comunidad y que la valía de su trabajo esconde el contrabandista barriobajero que fue.
Un fichaje que no encaja
Tras estas escenas, empiezan las malas ejecuciones del capítulo. Joel desvela que va al psicólogo y nos topamos con la escena más incongruente de la serie. Catherine O’Hara, la psicóloga, aparece como quien sale del Zara. Su maquillaje, sus abalorios de plata y su ropa pija inmaculada contrastan con un Joel que sí que parece que ha sobrevivido al fin del mundo. El trabajo de la psicóloga parece ser el único trabajo que no cubre la cobertura de la seguridad social de Jackson, Joel tiene que pagar por esas sesiones, todo esto para contar dos chistes de porros demasiado americanos para un servidor, Catherine cambia la sesión de terapia por un monólogo sobre que está enfadada porque Joel hizo algo que a nadie le importa con su marido.

La escena de la psicóloga sirve para volver a caer en ese error tan garrafal que tuvo la primera temporada, sobre explicar las cosas. Dina ya le había preguntado a Joel que por qué se habían enfadado Ellie y él. Ya vemos que a Joel le duele, ya vemos cómo Tommy habla con Ellie sobre esto mismo. Ahora Joel tiene que materializar en una oración sus emociones. Está disgustado, en resumen. Se lo comenta a la psicóloga para que quede claro. Tras otras frases intrascendentes y sobre explicativas, la pantomima de escena acaba.
Hablemos de la Ellie de Bella
Ellie es una chica que llegó en extrañas circunstancias y siendo la sobrina adoptiva de los líderes de la comunidad. Es una chica que lleva cinco años formándose para hacer patrullas, para pelear y ayudar con fuerza armada y física a Jackson. La jerarquía es clara, las ordenes también. Vemos que Ellie está sobre aviso por mal comportamiento, por temperamental e indisciplinada. Tommy cede y le dan una oportunidad para hacer patrullas y no hacer vigilia. Jessie le advierte, hay un líder de la patrulla que no es ella, que le tiene que obedecer, que al menor rasgo de infectados tienen que dar media vuelta para que un grupo armado más grande acabe con esos infectados sin tanto riesgo.
La Ellie de Bella Ramsay es incapaz de cumplir con la orden más sencilla. Al menor rasgo de infección, se echa a correr hacia el infectado. Arrastra a su patrulla, arrastra a Dina. Cuando descubre dónde se encuentran los infectados, sigue su despreocupación, al fin y al cabo, como gritaba cuando estaba con Tommy, ella es inmune. Si hay un infectado, ella lo tiene que matar. No importa de la dureza de los chasqueadores, de la problemática de las raíces que todo lo conectan (si, se vuelve a hablar en este episodios de las raíces). Ellie es inmune y por eso se hace lo que ella quiera. Lástima que los demás no lo sean.
Antecedentes
Haberse visto la filmografía de Bella Ramsay es haberse visto un montón de películas donde la actriz interpreta, una y otra vez, a una chica adolescente irreverente, incorregible y desafiante con todo y todos, incapaz de acatar una orden. Ellie no es una excepción. No me gusta y no entiendo a la Ellie que desacata ordenes arriesgando la vida de sus compañeros, que tiene que ser reprendida una y otra vez únicamente por su conducta. No entiende lo que es entrenar, no entiende lo que es patrullar, no entiende lo importante que es el orden y la jerarquía en una comunidad como Jackson donde la supervivencia de todos depende de ese orden y jerarquía.

Ellie en la primera temporada mostraba también estos espasmos incorregibles, pero nos mostró cómo inocentemente se hacía un corte en la mano para intentar curar a Sam de la infección con su sangre. Nos mostró lo preocupada que estaba por todos los que los acompañaron y ya no están, y su esfuerzo por salvar a todos con una vacuna. Tras cinco años de convivencia con un mismo grupo de personas, la Ellie de la serie no ha alcanzado a comprender que, si se porta bien, está protegiendo a esa gente.
Cómo vive la gente de Jackson esta mala educación
Los compañeros de aventuras de Ellie se muestran indignados con ella. El que le ayudaba a entrenar, miraba frustrado cómo Ellie no había entendido que, durante el entrenamiento, no había que atacar con todas sus fuerzas. El resto de la patrulla que la acompaña cuchichea y se indigna porque, de nuevo, ella no está haciendo bien su trabajo y les pone en un apuro. El mismo Jessie parece cansado de repetirle a Ellie que se comporte.
La Ellie de Bella Ramsey no puede estar cayendo bien en esa localidad. Se ha convertido en esa persona que todo el mundo tiene en su oficina que no hace más que cagarla y ser maleducada pero que mantiene el puesto por puro enchufe.
Joel, por su conocimiento de contratista manitas, se ha ganado valía dentro de la comunidad. A Ellie no parece importarle nada Jackson. Y me parece una pena. Eso si, la química que tienen Ellie y Dina en la serie está muy bien lograda, convence y es creíble.
Vamos al final del capítulo
Suena Little Sadie, de Crooked Still. Las luces del techo, la ambientación… Los fans del videojuego conocemos esta fiesta. Es la del tráiler del E3 del 2018, es la fiesta del final de Parte II. La escena se recrea 1:1 del juego. Isabela clava los movimientos, los diálogos son los mismos. Es una escena soberbia. Acaba con el homófobo en el suelo, como en el videojuego. Con Ellie echándole la bronca a Joel, como en el videojuego. Joel se va al porche con la guitarra, Ellie pasa de largo, eso no pasaba en el videojuego.
Son un montón de cartas levantadas muy pronto. En 50 minutos de capítulo, sabemos quién es Abby y lo que intenta hacer. Sabemos de muchos roces entre Joel y Ellie. Son muchos plot twist que no vemos en el juego hasta tener un avance significativo del juego. La serie, desde luego, quiere desmarcarse del guion del juego. Y está bien. Es diferente, es arriesgado, queda por ver si el resultado es bueno.
El gancho final
Durante este capítulo los infectados vuelven a coger relevancia. Y es que se habían dejado demasiado de lado en la primera temporada. Aparece, por fin, la figura del Stalker, vemos a chasqueadores, vemos el uso de las botellas como elemento de combate, esto es genial; pero vemos de nuevo, con el gancho final, lo que se había desechado tras el horrible capítulo dos de la primera temporada. Las raíces que todo lo conectan han vuelto y amenazan Jackson.
Se intuye que para el siguiente capítulo se vienen cositas, entendemos que una ola de infectados amenaza Jackson, para que nuestros personajes tengan sus buenas escenas de acción palomitera. Y nunca apoyaré este tipo de escenas.

Creo que este primer episodio falla más que acierta. Falla en su sobre explicación de un sentimiento de angustia muy fácilmente entendible de Joel. También lo hace con una incoherencia estética y una irrelevancia en lo que cuenta con el personaje de Catherine O’Hara. Y ni hablar de la dirección que ha tenido Bella en cada segundo que interactúa con Jackson.
Tengo enormes dudas con respecto al giro del eje emocional que hemos visto, no creo que al desvelar tanto tan pronto se obtenga un resultado a la altura del videojuego. No entiendo por qué perder tanto tiempo en Jackson en una temporada que tiene tanto que contar y tan pocos episodios. No soporto la manera tan condescendiente que tiene Mazin de tratar al espectador de imbécil y tener que explicar hasta lo más básico una, y otra, y otra vez.
Tal vez las críticas y amenazas que se recibieron durante el lanzamiento del videojuego, por la valentía con la que contaron las cosas, haya hecho mella en el guion de la serie. Tengo la sensación de que han optado por mascarlo todo mucho más que en el videojuego para que, si hay una oleada de odio, sea más pequeña. Quedan seis episodios, pero creo que la temporada va a ser más disfrutable para los que no son fans del videojuego que para los que sí lo somos.